top of page

El Hundimiento de la Ciudad de México: Un Desafío Urbano y Ambiental

La Ciudad de México enfrenta desde hace décadas un fenómeno complejo y persistente: el hundimiento de su suelo. Aunque los titulares alarmistas sugieren que la capital “se hundirá en 10 años”, la realidad es más matizada: si bien la ciudad no desaparecerá, existen zonas que sí podrían volverse inhabitables en ese plazo debido a hundimientos acumulativos.

 

¿Por qué se hunde la ciudad?

El fenómeno, conocido como subsidencia, ocurre principalmente por la sobreexplotación del acuífero. Gran parte del agua que abastece a la capital se extrae del subsuelo, compuesto por arcillas y depósitos lacustres del antiguo Lago de Texcoco. Con el tiempo, el suelo se compacta y provoca hundimientos que alcanzan 10 a 40 centímetros al año en zonas críticas como Iztapalapa, Tláhuac, Iztacalco, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

 

¿Qué tan grave es el problema?

En una década, algunas áreas podrían hundirse hasta tres metros acumulados, lo que generaría problemas graves de infraestructura, mayor riesgo de inundaciones y desplazamientos de población. No es un fenómeno nuevo: la ciudad ha venido hundiéndose por más de un siglo, pero la velocidad actual lo hace más visible y peligroso.


Medidas que ya se han implementado

Afortunadamente, existen acciones concretas para mitigar los efectos:

  1. Acupuntura urbana (UNAM): cajas disipadoras bajo pavimentos que reducen el impacto de grietas y escalones en vialidades.

  2. Parques infiltrantes: proyectos como el Parque Hídrico La Quebradora en Iztapalapa y el Parque Lineal Gran Canal en Venustiano Carranza, diseñados para captar agua de lluvia, infiltrar al acuífero y disminuir inundaciones.

  3. Cosecha de lluvia: sistemas instalados en viviendas para reducir dependencia del acuífero y aprovechar agua pluvial.

  4. Túnel Emisor Oriente: infraestructura de gran escala que mejora el drenaje profundo y alivia inundaciones.

  5. Diagnósticos localizados: estudios recientes en alcaldías como GAM, Iztacalco y Venustiano Carranza para detectar hundimientos, grietas y fugas en infraestructura hidráulica.

  6. Marco legal: reformas en discusión para facultar al gobierno de la CDMX a actuar con mayor solidez técnica en la mitigación del problema.


El reto hacia el futuro

El hundimiento es prácticamente irreversible. Sin embargo, la ciudad puede adaptarse mediante un cambio de paradigma: menos dependencia del acuífero, más infraestructura verde, parques infiltrantes, captación pluvial y estrategias de “ciudad esponja” que permitan convivir con la naturaleza del suelo capitalino.


Reflexión final

El hundimiento de la CDMX no significa su desaparición inmediata, pero sí plantea un reto urgente de gestión urbana y ambiental. La clave está en reconocer que la solución no es detener el proceso (pues es imposible), sino aprender a vivir con él a través de infraestructura resiliente, leyes adecuadas y participación ciudadana.


ree

 
 
 
bottom of page